La primera agua en lata promete ser una autentica revolución. En Argentina Fashion and Travel te contamos la historia y las características del producto que combina sustentabilidad, calidad y pureza.
El cuidado del planeta es posible en pequeñas acciones cotidianas. En el tránsito del día a día hay pequeñas acciones que, por minúsculas que parezcan, contribuyen y aportan su granito de arena para cuidar nuestro planeta. Una de las novedades más impactantes en ese sentido fue la aparición de Salvador, la primera agua enlatada de la Argentina.
Nacida en el año 2019, la marca apostó por la sustentabilidad como uno de sus valores principales. En su sitio web esa es una de las primeras premisas que se observan. «SALVADOR nace en 2019, a partir de un sueño, en el que un mundo con menos plástico es posible. Entendimos que es necesario derribar un hábito instalado en nuestra sociedad, el uso de las botellas de agua de plástico desechable. Empezamos una búsqueda para reducir su uso, reemplazándolas por agua en lata», indica el sitio.
El emprendimiento de Santiago y Matías Zubillaga, dos hermanos con experiencia en el sector de distribución de bebidas, hizo una apuesta fuerte desde el primer momento. «Ni el aluminio ni el plástico son biodegradables, ambos tienen que reciclarse. Pero es justamente ahí en donde el aluminio tiene su fortaleza. Es infinitamente reciclable, se puede aprovechar en su totalidad y no pierde sus propiedades», sostiene Santiago Zubillaga.
Dentro de las principales características del agua enlatada Salvador se destacan:
- El hecho de ser 100 % reciclable
- Su fabricación ecofriendly, ya que su fabricación ahorra un 95% de energía.
- Su retención de burbujas, lo que mantiene a la bebida fresca y burbujeante por más tiempo
- Su resistencia, lo que la vuelve resistente a roturas y manipulaciones
- Sus componentes, lo que hacen que sea rápido y fácil enfriar la bebida
- Su variedad, ya que se puede optar tanto por latas de agua con y sin gas
De esta manera, y con la sustentabilidad y la pureza como banderas, es que llega Salvador, la primera agua enlatada de Argentina. Su apuesta es fuerte, pero la confianza en sus valores y el optimismo le servirán como bases de cara al futuro.
